Ir a Rio de Janeiro y no pasar por la Confeitaria Colombo, es como no haber conocido Copacabana, el Corcovado o el Pan de Azúcar. Para los viajeros que nos encanta la cultura, el arte, la historia y conocer las ciudades desde su corazón, este es un paso obligado, no solo por los deliciosos manjares que encontramos allí sino también por la arquitectura, el decorado y el alma del lugar.
Solo basta con ingresar para sentirse viajando en el tiempo a los inicios del siglo pasado. El Art Nouveau predomina alrededor, el tragaluz que deja entrever en el segundo piso un salón de té estilo europeo repleto de vitrales, el mobiliario de la época y un piso maravilloso, invitan a capturar en fotografías cada rincón de este espacio.
Si bien se han abierto filiales en varios lugares de Río de Janeiro, la Confeitaria original en el centro histórico de la ciudad es la que conserva la magia patrimonial de una ciudad ecléctica con influencia portuguesa.
Abierto hasta las 18:00 Hs es el lugar ideal para probar un delicioso almuerzo brasilero, cometer un par de pecados con su variedad de postres, o simplemente probar sus bolinhos de bacalhau con una cerveza helada.
Río de Janeiro es una cidade maravilhosa, como dice la canción de André Filho, llena de rincones sorprendentes para disfrutar del arte y la cultura.